Nació mi guagua… ¿y ahora qué me pongo?

El tema del clóset durante y después de un embarazo, ES TEMA, porque cuando nuestro cuerpo cambia, no sólo lo hace nuestra imagen por esos kilos de más que empezamos a tener durante y después del embarazo, sino que también, hay una confusión con el clóset.

Tengo la buena y mala suerte de ser de las que lo pasan mal durante el embarazo. Mala suerte porque estar 9 meses vomitando es algo que nadie quisiera, pero al mismo tiempo, buena suerte porque no subo mucho de peso. Eso significa que puedo seguir usando casi toda mi ropa. Eso sí, con mi segundo embarazo mi guata era harto más desproporcionada que la primera (fue cesárea), lo que me obligó a tener que salir por prendas básicas que pudiera combinar con todo tipo de cosas y no gastar tanto en el intento. Porque seamos francas… es ropa que sólo dura 9 meses y cuesta una millonada. Además, en Chile la oferta de ropa para embarazadas es bien pobre. Bien, bien pobre. Donde yo encontré y que fue el único lugar donde había un poco más de variedad, fue en H&M (jeans a $16.990 y poleras de embarazada desde $9.990).

El asunto es que de repente nace tu guagua y tienes un par de meses donde puedes seguir usando la ropa de embarazada porque bajar la guata – especialmente si fue cesárea – no es tarea fácil. Está ahí para irse deshinchando de a poco y uno tiene que irle siguiendo el ritmo porque no se puede esconder. Entonces el jeans de embarazada se puede seguir usando pero… ¿y luego?

Eso me pasó a mí. Que luego de un par de meses la ropa de embarazada me quedaba gigante, y mi ropa normal, muy chica. Abría mi clóset y me daba una desolación en el alma no poder ponerme lo que quería. Ahí me recomendaron: no salgas a comprar ropa ahora, va a ser como tirar la plata a la basura porque vas (o tienes) que seguir bajando de peso.

¿Pero saben qué? Hice todo lo contrario y partí a comprarme ropa, aunque fuera una talla más grande de lo normal. Invertí en mi autoestima y en sentirme no embarazada cuando me mirara en el espejo.

Esa fue también la primera vez que salía sola después del parto. Fue una especie de terapia de mí para mí. Paseé un par de horas, calculando los tiempos para volver a dar leche a la casa, y me compré todo lo que encontré que me quedara bien, que me hiciera sentir cómoda Y LINDA. Volví a la casa con varias bolsas con ropa de transición, que hoy ya me queda grande de nuevo (aunque a este ritmo pronto no me entrará), pero que valieron cada peso.

Al final, es muy importante que volvamos a sentirnos mujeres, minas, coquetas y sexys. Pasa un tiempo importante para llegar a eso, de hecho aún no lo he logrado por completo, pero me encanta saber que mi ropa de transición se está quedando en el clóset y por fin estoy volviendo a mi ropa de siempre. De a poco pero bien encaminada.

¡Salud!

Foto de HomeCaprice

 

También te puede gustar