Mi vida en papeles: proceso de admisión

Ok, llegó el momento. Abril y el temido proceso de admisión para meter a tu hijo a un colegio, apostando a que será para toda la vida porque sino, vamos juntando de nuevo para otra cuota de incorporación. Documentos de postulación, charlas en los colegios, exámenes de admisión, preparar a tu hijo para que haga lo mejor que puede y prepararte a ti misma para poder pasar este proceso.

Ayer me dediqué a meterme a los procesos de postulación online de algunos colegios que tenía en mente, y a descargar los formularios y llenarlos. Preguntas del tipo «en qué situaciones de pone agresivo», «ha tenido crisis de llanto», «la vida en el hogar es armónica o inestable», «actividades que comparte el niño con la madre y con el padre», «si son separados, cuántos años tenía el niño». En verdad, entiendo que los colegios quieran formar ciertos perfiles en sus salas de clase, pero eso debería hacerse en la entrevista y al conocer al niño, ¿No creen? O al menos en los cuestionarios deberían ser sobre qué te gusta del colegio, por qué quieres que tu hijo entre ahí, qué valores te gustaron, qué proyecto educativo. Pero mi actividad y cargo, o mi carnet, o el del papá, o si estamos divorciados, si soy viuda o mamá soltera, o adónde saco de paseo a mi hija, o a qué le tiene miedo, me parece irrelevante.

Veo a tantas amigas estresadas con el tema que caí y me empecé a estresar. Ayer, antes de acostarme, me quedé meditando acerca de todo esto para poder relajarme y pensar bien qué es lo que quiero para Emma y para mi, como una madre que quiere estar presente en la educación y tener a otros apoderados que piensen como yo. Lo primero es pensar que que un colegio es lo que es: un colegio. En Chile le hemos dado un valor agregado demasiado alto, como un status de vida. Para mi, mientras tenga idiomas y valores como los que le inculco a mi hija en la casa, está perfecto. No necesito ni más, ni menos. Yo fui a un buen colegio y tuve inglés desde pre kinder, lo que me sirvió para muchos ítems de mi vida, como poder viajar y trabajar en otros países. Pero no soy quien soy por mi colegio.

El jardín de Emma, Kids Club, me envió un documento para ayudar con el proceso de admisión. Y quiero compartirlo con todas las mamás y papás que estén en lo mismo, porque como bien dicen «los padres deben comprender claramente que el tomar en serio la vida cotidiana, jugar con sus hijos, responder a su curiosidad y estar atentos a su desarrollo sigue siendo la mejor preparación».

La clave es dar seguridad a los niños

El punto más importante que deben tener en cuenta los padres en un proceso de admisión es que “cada niño posee un potencial que desarrolla dependiendo del estímulo entregado y, por otra parte, que los exámenes de admisión no evalúan este potencial”, comenta la coordinadora de la carrera de Educación de Párvulos de ENAC, Nieves Beauchemin. Además, señala que “los colegios crean un perfil del alumno que ingresa a su establecimiento, pero no miden capacidades o habilidades”.

Ante ello, la experta recomienda que los padres conozcan muy bien la personalidad de sus hijos – por ejemplo, si es más o menos inquieto, qué cosas le agradan, cómo se desenvuelve con sus pares, etc.- para poder elegir un establecimiento adecuado para cada carácter. También, deben averiguar cuáles son los objetivos del colegio y si apunta sólo a un desarrollo académico y/o una educación integral.

Respecto del proceso de admisión en sí, la educadora asegura que “durante esa fase se debe crear un ambiente de seguridad para los niños y no hacerlos sentir que no son capaces de aprobar el examen. Para eso, la profesional aconseja plantearle al niño que irá a un colegio a jugar y conversar con unas profesoras, sin dar posibilidad alguna de que piensen que se enfrentarán a una prueba. Además agrega que “es fundamental aclararles que se les esperará afuera de la sala, debido a que ellos tienden a pensar que se los dejará en el colegio, con lo cual se pueden bloquear emocionalmente, lo que les jugará en contra a la hora de rendir este examen”.

Por otra parte, la profesional comenta: “Si es posible visitar con el menor el colegio unos días antes, hágalo. Con ello, logrará que el niño se apodere del lugar y permitirá que su impresión ante el espacio físico no altere su nivel de ansiedad el día del examen”.

Otro punto importante es que los padres traten de finalizar toda preparación de los niños como mínimo una semana antes de rendir su prueba, de manera que no se estresen. Y el día del examen, organizar con tranquilidad la hora de levantarse, de alimentarse y de la salida hacia el establecimiento de postulación.

Al término de la jornada, es recomendable no continuar hablando del tema y tratar de realizar alguna actividad grata para el menor, para que tenga un contacto familiar y se desarrolle su seguridad emocional.

Finalmente, en caso que el niño no sea aceptado por el establecimiento, Beauchemin aconseja no contarle al niño de este hecho. Además, si la experiencia no fue buena para el menor, que no se converse del tema en casa. Así, esta situación no grata no se fija en la mente del pequeño y el proceso de olvido es más rápido.

Sugerencias que pueden ayudar.

En conclusión, se puede aconsejar como la mejor preparación para cualquier prueba, tanto en la vida cotidiana como durante el periodo previo al examen, lo siguiente:

• Los padres deben intentar moderar su ansiedad.
• Es importante evaluar con responsabilidad el colegio que se desea para el niño. Los que exigen calificaciones más altas no son necesariamente los mejores.
• Se debe recoger información real sobre lo que se pretende del niño y no forzarlo a mayores esfuerzos de los que pueda realizar a su edad.
• Hay que brindarle amor incondicional a su hijo(a), con el fin de fomentar su seguridad y autoestima.
• Es bueno explicarle con claridad que va dar un examen y jamás mentirle respecto al lugar a donde está yendo.
• Hay que alentar en los niños responsabilidad que esté en capacidad de cumplir; por ejemplo, que guarden sus juguetes después de usarlos, que no dejen su ropa tirada, etc.
• Con mucha paciencia, se debe fomentar en los pequeños la creación de hábitos: que se levanten a la misma hora, que se sienten diez minutos a pintar, etc.
• Debemos darles apoyo y confianza en los momentos difíciles, así como dedicarles tiempo para jugar y conversar con ellos.

La evaluación de la que depende el ingreso de un niño al colegio, como muchos otros exámenes de ingreso, es un tema delicado y complejo. Produce ansiedad en los padres, nerviosismo en las instituciones y resignación en toda la comunidad. No hay estudios serios acerca de lo que miden y de su valor productivo. Son vistos como una necesidad y cada año producen de una crisis nerviosa. Es importante que los especialistas y aquellas personas preocupadas por la educación busquen las maneras de lograr que cada etapa de la educación se dedique a lo suyo y no a ser una antesala de lo que va a venir. Mientras tanto los padres deben comprender claramente que el tomar en serio la vida cotidiana, jugar con sus hijos, responder a su curiosidad y estar atentos a su desarrollo sigue siendo la mejor preparación.

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