El “terroir” de Gigondas
Si el vino francés es considerado como uno de los mejores del mundo (junto al chileno, lo sé), es porque no sólo se caracteriza por sus cepas, sino que también se diferencia por sus “terroirs” (se pronuncia «tejuar«). Así pues, la misma cepa cultivada en diferentes lugares dará un vino absolutamente distinto.
A la hora de catar o comprar un vino en Francia, no se los van a presentar como un Syrah o Cabernet Sauvignon, sino que les darán el nombre de la denominación de origen del vino y del territorio en el que fue producido.
Existen por ejemplo los Bordeaux, los Bourguignons, los Côtes du Rhône (denominación de origen). Cada uno de ellos se subdivise en “terroir” que son zonas geográficas pequeñas y únicas. Se distinguen uno de los otros por su insolación, pluviometría y sobre todo el tipo de suelo.
En esta oportunidad, les quiero contar de un “terroir” que produce uno de los vinos más famosos y buscado en el mundo entero: Le Gigondas. Es un vino producido en la comuna que lleva el mismo nombre y que se extiende sobre una superficie de no mas de 30 km2 .
Si tienen pensados viajar el sur de Francia, no pueden dejar de pasar por este precioso pueblo. Es un paseo para toda la familia, además de ser un excelente lugar para los amantes del vino. El camino para llegar, si deciden llegar por “la route de Suzette”, es de los mas preciosos que se pueda ver en la región.
Y el pueblo en sí es una maravilla. Caminar por sus calles y visitar las ruinas del castillo les hará viajar a la edad media. En todas las esquinas encontrarán restaurantes para todos los gustos (y presupuestos). Yo les aconsejo le “Carré Gourmant” donde serán atendidos por los mismos dueños y con un carta estilo “italiano”. ¡El mejor risotto que hemos comido!
Y para los amantes del buen vino, tienen que pasar sí o sí al “Caveau central” donde cada uno de los productores locales dejó un vino de su cava para darlo a conocer. Ahí serán atendidos por profesionales del vino que les propondrán una lista de más de 60 vinos para catar. El servicio es absolutamente gratuito, pero lo tendrán difícil para salir sin llevarse alguna botella de oro rojo.
¿No toman alcohol? ¿Andan con niños? ¡No se preocupen! Como les decía antes, este es un paseo para toda la familia. Desde el pueblo pueden comenzar un camino que los llevará hasta al belvedere des “Dentelles de Montmirail”. Son aproximadamente 30 minutos caminando. Es un recorrido aptos para todos (lo hicimos con nuestras hijas y su abuela) y les hará gozar de una vista imperdible sobre las increíbles montañas escarpadas, así como el hermosísimo valle.