No soy muy de contar mi historia, pero al leer las vivencias de otras mamás en I am Canguro, me dan ganas de contar la mía. Contar que fui mamá en el año 2012, tuve una relacion de 4 años con el papá de mi hijo, y terminada la relación estuvimos viéndonos un par de veces y en una de esas veces, quedé embarazada.

Los 3 primeros meses, todo iba muy bien, pero después, todo cambió. Sus prioridades cambiaron, sus amigos (malos amigos), el carrete y sumado a que mi familia nunca lo quiso, hizo que mi embarazo fuera sola.

Yo en ese entonces vivía sola, por lo que me afectó bastante los primeros meses, y luego pensé – bueno estoy embarazada, quizás nunca más tenga hijos, por opción, salud, etc., por lo tanto si estoy esperando un ser dentro de mí, que es una situación única y especial, lo voy a disfrutar -, y desde ahí en adelante comencé a disfrutar de mi embarazo del cual siempre tuve todo el apoyo de amigas, familia, colegas, etc.

El papá con suerte me acompaño a 2 controles con el doctor y mi mamá era la que siempre estaba ahí conmigo. Llegó el momento del parto y dejé entrar al papá para que viera ese momento tan importante, para ver si de esa manera tomaba conciencia de que es una vida, una persona la que que acababa de nacer y que es su hijo, y bueno mismo cuento los primeros meses bien y luego todo mal, carretes, 0 ayuda de parte de él en todo sentido (monetario, moral, ni nada).

Yo, como mamá soltera y de haber visto esta historia en mi madre y hermana, no quería pasar por lo mismo. Quería una familia bien constituida, y es por ese motivo que aguanté muchas cosas para que después mi hijo no recrimine “por qué no estoy con mi papá?”. Todos me decían “cómo aguantas, cómo estás con él” y yo claro que sí me daba cuenta de todo, pero solo aguantaba.

Hasta que un día, con gusto le dije adiós: eres el padre de mi hijo y nos veremos en tribunales para hacer todo como corresponde. De hecho nunca fue a mediación, ni citación, nada. Como es del sur, se fue para allá y deposita casi seguido, pero desde esa fecha que no ve a su hijo.

Pasando a otro tema mucho más lindo, a esta persona la conocí en el año 2010. De hecho fue carretiando, bailando, buena onda. Él siempre muy respetuoso, sólo conversábamos y él me miraba, se sentaba en la barra a verme bailar. Yo quedé embarazada, él con su vida y en el año 2013, nos encontramos de nuevo. Dentro de una misma semana, como 3 veces y se debió a que el jardín de mi hijo quedaba muy cerca del gimnasio al que él iba.

El primer encuentro fue muy lindo para mí. Fue grato verlo. Lo encontré mucho más guapo de como lo recordaba. Yo iba con la cartera, el bolso de guagua, el bebé en brazos, nada estilosa. Él me saludó y dijo “qué lindo tu hijo, es precioso”. Lo tomó y le hizo gracias. Convesamos de nuestras vidas un poco y ahí le comenté que estaba sola. Nos despedimos y luego al otro día, nos volvimos a encontrar. Esta vez os dimos el whatapp y de ahí no paramos de conversar.

A la semana siguiente me llamaron del jardín de mi hijo para decirme que se encontraba enfermo, así que lo fui a buscar para llevarlo a la Clínica. Ahí estaba yo sola con el niño enfermo, además pasando rabias con el papá de mi hijo, y era tarde. Yo con hambre, frío, cansada, y llega esta persona a acompañarme, llevarme una bebida y galletas, lo cual yo valoré mucho en ese momento.

Al día siguiente, la excusa de vernos fue para ir a buscar los exámenes del niño. Así nos empezamos a ver cada vez más seguido, él siempre preocupado por mí y mi hijo, queriendo participar en todo: reuniones, actos, paseos, controles con el doctor, etc. Desde ese momento no nos hemos separado. Muchas veces me cuestioné si estaba haciendo las cosas bien, si correspondía, pero en esos momento escuchaba mi corazón y gracias a Dios no me equivoqué. Es un buen hombre que se preocupa por nosotros y que claro, hemos tenido diferencias, pero siempre con ganas de querer solucionar las cosas. Por eso hoy, puedo contar que tengo una linda familia.

María José

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