La revolución de los Chalecos Amarillos, Acto II

Desde el 17 de noviembre empezó en Francia un movimiento que nadie veía venir. La Francia más aislada, la de las periferias urbanas, la de la ruralidad, esta Francia que calla hace casi 30 años, decidió auto organizarse y levantarse.

Son fundamentalmente apolíticos, rechazan cualquier partido que trate de recuperarlos y no se fían de los sindicatos, lo cual desespera al gobierno ya que no encuentra un interlocutor para tratar de calmar los ánimos.

Mientras tanto, el aparato mediático focaliza la protesta en el nuevo impuesto sobre la bencina y el diesel, justificándolo como necesario para lograr la transición ecológica. Pero es mentira y todos los saben.

Porque la realidad es que de los 4 mil millones de euros que traerá este impuesto, sólo 500 millones irán a la transición ecológica, mientras lo otro servirá para equilibrar el presupuesto estatal.

Este mismo presupuesto estatal, ha estado necesitado de 3,5 mil millones de euros desde que Macron decidió suprimir el impuesto sobre la fortuna, que justamente hacia entrar esos 3,5 mil millones de euros que hoy faltan.

El pueblo Francés siente en su carne la injusticia fiscal provocada por este nuevo impuesto. Para los chalecos amarillos, este nuevo movimiento ciudadano que ha nacido en Francia, los 30 euros que han sumado a los impuestos de bencina, es dinero que ya no se podrá destinar para el supermercado, la comida, acceder a la salud, etc. Y es una injusticia todavía más aguda, cuando el kerosene de los Jet privados y de los Yates sigue sin pagar impuesto.

Sin jusitcia fiscal, no puede haber orden social. Lo que explica que el 17 de noviembre fueron casi 3 millones de franceses protestando en Francia. Y los bloqueos de autopistas, rotondas, malls y bombas de bencina siguieron durante toda la semana siguiente.

Las intervenciones del Presidente, que asegura que no cambiará el rumbo, solo atizaron el movimiento.

Por lo que hoy 24 de noviembre todos los chalecos amarillas que puedan, se encontrarán en París para pedir delante del “Elíseo” (casa Presidencial), la destitución del que ven como el principal responsable por haber roto el contrato social: Emmanuel Macron.  Cabe destacar, que el 80% de los franceses apoya el movimiento.

También te puede gustar