Desde muy chica que he sido buena para ahorrar. Si tengo 5, ahorro 2. Así siempre tengo algo guardado en caso de que salga un viaje, o para comprarme algo que quiero mucho, algo que necesito o lo más importante, tener un colchón para emergencias.
Y la mejor manera para ahorrar y enseñarle a los niños a hacerlo, es con una alcancía. En mi casa hay una justo a la entrada y todos los vueltos del supermercado y monedas sueltas que encontramos en los pantalones o carteras, se ponen ahí. Cuando ando generosa y pensando en el futuro, incluso pongo billetes.
Esta alcancía es para Emma, para que en algún momento pueda romperla y empezar su propio ahorro. Por eso trato de que sea ella quien ponga las monedas para que pueda valorar el significado del ahorro y de ser cuidadosos con el dinero. Cuando quiera comprarse algo especial o irse de vacaciones, podrá romperla y ocupar lo que ahí está para lo que quiera. Pronto tendré una para Juli, cuando sea un poco más grande porque con 2 años prefiero que ni esté cerca de las monedas.
Finalmente, los niños son como esponjas y el estilo de vida que tienen los papás se reflejará en la vida de ellos – para bien o para mal -. Yo no quiero que aprenda que el dinero es primordial para tener una vida feliz, pero sí que entienda que al saber administrar lo que se tiene, uno puede tomar mejores decisiones con respecto a las compras o inversiones y esa tranquilidad tiene precio. Y se llama ahorro.
Pd. la alcancía es de Pomaire. ¿Linda, cierto? En Canguros por la Ciudad les tenemos a Pomaire como recomendación para ir de paseo el fin de semana.