Cambio de vida: una española por el mundo

En esta nueva historia de cambio de vida, tenemos la de Carolina, quien a pesar de haber vivido en varios países y estar acostumbrada a los cambios, cuando su marido le dijo que se irían a vivir a Nueva Zelanda, tuvo que configurar toda su vida pensando en sus hijos de 3 años y otro de 2 meses. ¡Aquí vamos con una nueva historia de mujeres valientes y admirables!

¿Cómo empieza el viaje a Nueva Zelanda?

A pesar de haber vivido en Panamá, Barcelona, Bogotá, Santiago de Chile y Madrid, cuando mi marido me dijo que nos trasladamos a vivir a Nueva Zelanda, se me cayó el mundo encima. Tenía una hija de 3 años y estaba embarazada de 7 meses y… ¡en ese momento no era capaz de procesar cómo íbamos a afrontar tal cambio de vida!

Dado que el motivo del traslado era por trabajo, negarse no era una opción (al menos no una muy inteligente) así que a pesar de la incertidumbre que me generaba mudarme en esas circunstancias, cargué con todo mi positivismo y energía y nos embarcamos en esta nueva aventura con una niña de 3 y un bebé de pecho (salimos de Madrid a los 2 meses de haber dado a luz).

 
¿Qué fue lo más difícil de este cambio?

Lo más difícil ha sido montar “un hogar” desde cero con 2 personitas a tu cargo que demandan toda tu atención, en un lugar con otra cultura y sobre todo otro idioma. Para mi hija mayor ha sido una etapa complicada después de tener que enfrentarse a otro cambio de país más, el reciente nacimiento de un hermano y el choque con el idioma, pero quiero creer que todo esto fortalecerá su carácter y eventualmente la ayudará a desenvolverse mucho mejor en diferentes aspectos de su vida.

No quiero que la gente crea que es fácil porque no lo ha sido. La zona de confort es tan cómoda y tan difícil de abandonar pero no crecen cosas nuevas allí. Las cosas buenas generalmente nacen de un salto al vacío… ¡Y hay que tener el coraje para saltar!

 
¿Qué ha sido lo que más te ha gustado de Nueva Zelanda?

Para mi sorpresa… ¡Auckland es una ciudad maravillosa! En general, ¡Nueva Zelanda entero es un país espectacular!

Hay tantos lugares hermosos aquí y además es una ciudad muy adaptada y “friendly” para familias. La gente es de lo más amable, de hecho es la gente más amable con la que he convivido nunca. Y otro aspecto a tener en cuenta es que saben conciliar muy bien trabajo-familia y en general no hay turnos de trabajo extenuantes ni hasta altas horas de la noche. Alrededor de las 5-6pm los comercios/empresas cierran y la gente puede disfrutar del resto del día.

Recomiéndanos algunos lugares imperdibles de tu zona:

La zona de Coromandel es de los lugares más bonitos que he visto en mi vida. Es una península en la isla norte. Tiene playas espectaculares. En Coromandel no puedes perderte Cathedral Cove (conocido por las Crónicas de Narnia) y Hot Water Beach que es una playa que aunque el agua está fría, si cavas en la arena sale agua caliente. Todo el mundo acude con su pala y hace sus pequeñas piscinas de agua caliente.

Milford Sound, sin palabras. Es un fiordo en la isla sur de Nueva Zelanda. Es difícil acceder debido a su remota localización pero tiene una belleza natural que lo ha convertido en Patrimonio de la Humanidad y declarado la 8va maravilla del mundo.

Rotorua es tan curioso… ¡que hay que visitarlo! Es una ciudad conocida por su extrema actividad geotérmica con numerosos géiseres y piscinas de lodo caliente. Es increíble ver las tonalidades que adopta el agua debido al azufre que se desprende. La actividad geotérmica es tan intensa que sientes el olor a azufre tan fuerte que cuesta respirar en muchas zonas y puedes ver el humo elevarse desde el suelo.

La isla de Waiheke, a la que se accede por un ferré desde el centro de Auckland. El paseo es maravilloso y dura aproximadamente 40 minutos. Las playas de Waiheke son paradisiacas y está lleno de restaurantes exquisitos. Cuenta con algunos viñedos que vale la pena visitar. Y en caso de viajar sin niños hacer un tour vinícola y gastronómico… ¡es un plan top!

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