Con cuatro años Santiago debió enfrentar la muerte de su abuela. Y me ha costado un par de meses comenzar a escribir esto.

En agosto del 2015 mi suegra (la Vero) comenzó con una molestia en una costilla y que al poco tiempo se descubrió que era un cáncer al pulmón con metástasis en algunas partes de su cuerpo. Le dieron seis meses de vida y ella aceptó vivir la vida a concho hasta que Dios se la llevara, sin quimios y sólo tratamiento para bajar el dolor.

Todos lo aceptamos, ya que era su decisión.

Desde ahí comenzó un duro proceso donde debíamos conversar con Santiago, mi único hijo que tiene 4 años y la situación que vivía su abuela regalona, la que siempre estaba ahí ya que vivía muy cerca de nosotros, con ella podíamos contar para lo que quisiéramos, me enseñó a ser mamá, me cuidó y nos protegió. Le enseñó a comer a mi hijo las cosas más increíbles, la cebolla, el ajo, salsas y ensaladas.

La Vero era como una segunda madre para mi Santi, además de ser la abuela y madrina. La Vero fue madre sólo una vez, de Mario, mi amado y padre de nuestro hijo. Y comencé a estudiar porque necesitaba saber cómo explicarle a mi hijo lo que significaba la muerte, que no con todas las enfermedades te mueres, que ir a un hospital no es muerte, que la abuela no estará más con nosotros, que ¿¿¿dónde estará la abuela???

Todo partió con Internet, y buscar ayuda para saber cómo asumir con un niño regalón que verá a su abuela deteriorarse hasta morir. La mejor manera, como es la ley de la vida, tomársela naturalmente y nunca mentir o prometer cosas que no pasarán.

No niego que me aterroricé cuando entendí que gran parte de esta pega tenía que hacerla sola, y no porque Mario no quisiera -porque en parte me apoyaba- sino que porque tenía que estar con su madre la mayor parte del tiempo. Debí afrontar la tarea de decirle a Santi la verdad y nada más que la verdad. ¿Y saben qué? La verdad la dije y mi niño lloró (asustado). La verdad fue tomando forma y el Santi manejaba paso a paso lo que ocurría con la Vero (temas como “esta semana quedará internada” o “necesita descansar”, aunque no tomándolo de manera tan profunda, seguía y sigue siendo un niño feliz. Amando profundamente a esa abuela que se apagaba lentamente, y él lo tomó tan en serio que la cuidó a su manera hasta el final. Siempre, pero siempre siempre, decir la VERDAD. Y duele.

Internet me dijo cosas que me marcaron, que me permitieron ACEPTAR Y SEGUIR, como por ejemplo “aceptar la ayuda de los demás” o “los niños deben tener la oportunidad de aprender sobre la muerte en su vida cotidiana, por ejemplo, si se encuentra un pajarito muerto en la calle, los padres deberían aprovechar la oportunidad para enseñar los conceptos básicos de la muerte y el dolor que causa. Si los niños aprenden sobre ella de una manera sensible y natural, desarrollan una buena capacidad para afrontar futuros golpes”.

Aprendí que 4 puntos muy básicos pueden hacer mucho:
1. A esa edad todavía no son conscientes de lo que implica la muerte como algo definitivo, porque tampoco tienen una noción real de qué es el tiempo.
2. Hay que darles mensajes breves, sencillos y directos para que comprenda mejor la idea.
3. Es positivo incluir al niño en el proceso de duelo familiar porque también forma parte de la historia. Si va o no el peque al funeral, ambas opciones son factibles.
4. No olvides que haciendo cosas tan sencillas como ver fotografías de la persona fallecida o hablar de ella con naturalidad ayuda a dar normalidad a la situación y a mi parecer es lo que te encamina a la vida normal.

Este libro es imperdible e impagable, no saben cuánto los podrá ayudar a todos, se titula ¿Dónde está güelita Queta?, escrito por Nahir Gutiérrez, que está recomendado a partir de los 5 años, y es una historia centrada en las preguntas habituales de los niños ante la muerte.

¡¡¡SI SE PUEDE!!!, y no tienen por qué sufrir. Estos cabros chicos son más inteligentes que nosotros, leen nuestras manos, ojos, muecas, posturas, son sicólogos titulados. Tienen magister pero siempre hay que estar pendiente en sus cambios de personalidad. Yo estoy iniciando esa etapa de que SANTI LA EXTRAÑA, pero como dije antes, SI SE PUEDE. Tenemos todas las herramientas a la mano, Y SÓLO REQUIERE DEDICACIÓN.

Hoy Santi va a ver a su Abu al cementerio y no le gusta nada. Prefiere que le contemos historias de la Vero y él cuando era guagüita. Yo sé que la extraña, hace unos días me pidió si podía conseguirme una escalera larga larga para ver a la Abu … Así que la tarea continúa ….

Para ti querida mía
-Verito falleció el 19 de enero de 2016-

Ale Noemi.

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